

Para crear al hombre nuevo

PROYECTO EDUCATIVO

¡Este primero de mayo, ¡defendamos nuestro derecho al trabajo!
Alondra Méndez Betancourt
“¡No, no, el capital jamás representa al trabajo!
¡Antes habrá paz entre el tigre y la oveja,
de que capitalistas y obreros
se aúnen en sus intereses y sentimientos!”.
Feargus O’Connor, septiembre de 1847
La embestida frontal del capital contra los trabajadores de la educación va en serio: ha creado un instrumento legal a la medida de sus intereses para borrar de un zarpazo todas las conquistas del gremio magisterial, someterlos total y absolutamente a su control político y laboral, reducir el número de trabajadores contratados para acrecentar la reserva de mano de obra y bajar y congelar el ya de por sí exiguo salario, echar en las espaldas del pueblo el mantenimiento y ampliación de la infraestructura educativa, etc. Y todo disfrazado bajo el nombre de “revolución educativa”.
Todos los grandes corporativos de los medios de comunicación (radio, prensa y televisión) han cerrado filas para defender la “Reforma Educativa”; los intelectuales al servicio del capital festejan las reformas al Artículo Tercero Constitucional y algunos, en su afán por desquitar a conciencia el salario que les pagan, llegan al descaro de recomendar la secesión del estado de Guerrero y su unión con los países centroamericanos si el Congreso de los diputados locales se atreve a desconocer dichas reformas (Carlos Marín, entrevista al secretario de Educación Pública, en “El asalto a la razón”, Milenio TV).
El pretexto fue preparado concienzudamente por los ideólogos del sistema: hicieron caer sobre el magisterio nacional toda la responsabilidad por el gravísimo rezago educativo del país.
En efecto, desde hace años se desató toda una campaña de medios para inculpar a los profesores que imparten la educación pública por los malísimos resultados en el aprovechamiento educativo del país. Baste decir que a nivel mundial, México ocupa el antepenúltimo lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Para apuntalar su objetivo, exhibieron al magisterio aplicándole una evaluación que reprobó el 75% de los maestros. Y lograron su propósito: la opinión pública nacional verdaderamente cree que son los profesores los culpables del gravísimo rezago educativo que sufre la nación.
Así las cosas, la mesa está servida: crearon un instrumento legal con la aprobación servil de todas las legislaturas de los Estados (de todos los “representantes del pueblo”), para evaluar a todos los profesores del país y determinar quiénes seguirán laborando: quienes no aprueben la evaluación van a tener que irse, esto es, quedarán despedidos. Y todos los años de servicio y las conquistas laborales se irán al bote de la basura. Y el personal sustituto será contratado causando alta como personal nuevo, sin derecho laboral alguno, conformándose con el magro salario que disponga el pagador en turno.
Además, con los padres de familia, deberán responsabilizarse del mantenimiento y
ampliación de la infraestructura educativa, etc. La reforma educativa es, pues, una espada de Damocles, mejor dicho, una guillotina, que pende sobre las cabezas de todo el magisterio nacional.
Pero, cabe preguntarse, ¿el gravísimo rezago educativo de la nación debe atribuirse sólo a los maestros? ¿Sólo ellos son los culpables de los malísimos resultados en la educación del pueblo de México? ¿Y, quienes han gobernado al país sexenio tras sexenio, preocupados únicamente por saquear las riquezas nacionales y beneficiar la actividad expoliadora de los capitales nacionales y extranjeros, no tienen alguna pizca de responsabilidad? ¿Quién maneja la política educativa en México, quién nombra a los secretarios de Educación que diseñan los planes y programas de estudio y manejan los recursos públicos para el desarrollo de la educación?.
Pretender que haya buena educación en un país donde 80 millones de sus habitantes viven en la pobreza, es delirante. Y quienes han creado a esa gran masa de pobres son los dueños del capital y quienes gobiernan en su nombre. La verdadera responsable del desastre educativo en México es la clase social que ha venido gobernando el país. Ella, y sólo ella, está reprobada.
Ya el secretario general del Movimiento Antorchista señalaba: “…es locura esperar una educación vigorosa, floreciente, productiva y creativa en un país con población pobre, enferma, mal alimentada, sin vivienda digna, ni servicios básicos, con un magisterio mal formado y peor pagado, corrompido, por añadidura, por una politiquería sindical completamente indiferente a las necesidades educativas de la nación…”, y finalizaba su opinión,”…pero si no atacamos, simultánea y no sucesivamente, la pobreza, la enfermedad, la desnutrición, la falta de vivienda y servicios, el transporte rápido y barato y, por encima de todo, la correcta formación y actualización permanente de nuestros maestros, cuidando también sus ingresos y sus niveles de bienestar (con la respectiva gradualidad en cada uno de estos factores), todo lo que hagamos en materia educativa será trazar rayas en el agua (ACM, “¿Dónde está la raíz de los problemas educativos?”, 13 de diciembre de 2012)”.
Por eso, el magisterio poblano debería de transformar este 1º de mayo en una fecha de lucha, donde todos los maestros nos aprestemos a defender, con la fuerza organizada y la ley en la mano, nuestro derecho al trabajo y al desempeño de nuestra profesión. Nuestro futuro está amenazado y exige nuestra plena disposición combativa para defender las conquistas laborales que el capital pretende anular de un solo golpe.
Maestro poblano: ¡organízate y lucha con Antorcha Magisterial, para defender tu derecho al trabajo! ¡Sólo unidos y organizados, lograremos parar la embestida del capital contra el magisterio nacional!
¡ASISTE A LA MARCHA, ESTE 1º DE MAYO!
¡ORGANÍZATE Y LUCHA CON ANTORCHA MAGISTERIAL!
¡POR UNA EDUCACIÓN CRÍTICA, DEMOCRÁTICA, CIENTÍFICA Y POPULAR!