top of page

IV. EVALUACIÓN.

Como se sabe, el proyecto que sustenta la Alianza por la Calidad Educativa coloca como una de sus propuestas fundamentales para garantizar sus objetivos, practicar exámenes de conocimientos a todo aquel docente que pretendan ingresar al servicio educativo como mecanismo único de evaluación dentro de tal proyecto. Nosotros coincidimos en que la lógica elemental señala la necesidad de un mecanismo de evaluación para cualquier empresa humana, sea del tipo que se, con el propósito de corregir y reorientar, a tiempo y sobre bases seguras, las acciones que no estén dando los resultados apetecidos y , si fuera necesario, revisar y replantear todo el proyecto en su conjunto. Pero pensamos que lo que la ACE propone a este respecto es, en primer término, totalmente insuficientemente, puesto que solo se propone evaluar a uno solo de los muchos factores que intervienen en el proceso; y, en segundo lugar, profundamente injustos para los maestros ya que se pretende someter su derecho al trabajo honesto y bien remunerado a un examen de calidad que el propio sistema de formación docente sabe bien que no les ha dado. Por ello, nosotros proponemos.



a) Que la evaluación de la calidad académica del maestro sea parte integrante del mismo programa de formación docente, y no un examen adicional como filtro para encubrir el desempleo que origina la insuficiencia de los recursos destinados a la educación. Además, proponemos que esta evaluación sea el único requisito para la asignación de plazas a los egresados de las escuelas normales, es decir, que defendemos el otorgamiento automático de una plaza a todo aquel que demuestre, con base en su currículum escolar, haber cumplido satisfactoriamente con el rendimiento  exigido por la institución que respalda a su título profesional.


b) Proponemos que el Estado garantice a los docentes en servicio, antes de cualquier evaluación para fines de promoción, asignación de responsabilidades administrativas o para otorgarles cualquiera de los beneficios que ya mencionamos, cursos de capacitación o de actualización (según el caso) con la calidad requerida, precisamente, por la tarea o derecho con vistas a los cuales se aplique la evaluación. Los mecanismos e instrumentos de tal evaluación deberán estar siempre institucionalmente instituidos y reglamentados.


c) Si la evaluación reflejara deficiencias en la preparación del docente, el Estado deberá garantizarle  la oportunidad de subsanar las mismas mediante un tratamiento específico para cada caso evitando cuidadosamente la masificación de las soluciones en virtud de que se han demostrado que, cuando ocurre esto último, nunca se atacan ni se revuelven correctamente los problemas reflejados por la evaluación correspondiente. Por su mismo carácter general , las medidas correctivas no pueden tomar, y no toman nunca en cuenta en estos casos , las diversidad de factores nacidos de las desigualdades socioeconómicas de los educandos que influyen decisivamente en su rendimiento académico, arrojando en cambio toda la responsabilidad sobre la espalda del docente y cometiendo con ello una grave social en su contra. Por esta razón, repetimos, es indispensable que los instrumentos de evaluación ponderen sus resultados tomando en cuenta las circunstancias socioeconómicas de cada quien.



d) También creemos urgente el diseño e instrumental de una mecanismo institucional de evaluación permanente de cada institución educativa, procurando que reúna las máximas condiciones de cientificidad e imparcialidad que una tarea tan delicada exige, si se quiere que sus resultados sean creíbles y aceptados por todas las partes involucradas. Tal mecanismo de evaluación debe  y tomar en cuenta a todos los actores, directos e indirectos, de la tarea educativa, y no deja de lado, tampoco, la profunda desigualdades de los distintos contextos  socioeconómicos en que cada establecimiento opera y las diferencias en recursos de todo tipo que existen en los mismos.



 

e) Estudiar de manera seria y profesional la estructura académico- administrativa ideal, así como las mejores políticas de manejo de personal (control de horarios, aplicaciones a la tarea dentro del horario de trabajo , premios y recompensas en función de resultados, incentivos de tipo ético y moral, etc.) y de distribución y supervisión de responsabilidades, a fin de que cada plantel cumpla con sus objetivos de manera óptima, es decir, que en todos los casos se logre el correcto funcionamiento de las instituciones en todos sus ámbitos de responsabilidad.



f) Difusión masiva en el magisterio del nivel básico, de los instrumentos de evaluación que se proponen para serles aplicados. Se trata de que los conozcan a fondo, con énfasis especial en las precondiciones y requisitos más difíciles de cumplir, a modo de capacitar a todos para participar en el análisis, critica, corrección y mejoramiento de los mismos, ya que ninguno de ellos debe ponerse en práctica si no cuenta con la aprobación de todos los involucrados en el proceso.

bottom of page